En el pequeño pueblo de Corrales de Utiel se encuentra una delicia dorada. Una explotación apícola con más de 1.500 colmenas trashumantes, que cambian su orientación orquestadamente con las estaciones y las épocas de floración.
De esta empresa llevada por dos hermanos, Carlos y Javier Pardo Navarro, sale un sinfín de productos azucarados que ellos mismos elaboran y comercializan.
El alajú, hecho a base de almendras, pan rallado y tostado y miel es uno de sus dulces estrella. Esta delicia en forma de torta, propia de la provincia de Cuenca, es también típica de la comarca de Requena-Utiel; sus tradiciones, a caballo entre Castilla y Valencia, hacen que este dulce, de origen castizo, sea tan apreciado aquí como allá. No en vano, la comarca fue parte de Cuenca hasta 1851.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 6 de agosto de 2008