Absolutamente indignante la conducta de estos sicarios, absolutamente contradictorios sus comportamientos en una sociedad libre que tanto nos ha costado conseguir, con una Guerra Civil de por medio, unos años de posguerra cargados de miseria y frustraciones, tras una transición luchada, que dio origen a nuestra Constitución, garante del derecho y libertad de todos los españoles. Treinta años de democracia ininterrumpida han llevado a nuestro país a cotas de desarrollo impensables. Gobiernos de derechas e izquierdas se han ido relevando en este periplo no exento de dificultades, siempre con la sombra amenazadora a sus espaldas de un fenómeno sociológico complejo -ETA- como rémora o asignatura pendiente que no hemos conseguido aprobar.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 6 de agosto de 2008