Hace una semana, la modernísima terminal internacional del aeropuerto de Pekín recibió entre sus techos futuristas y sus muros acristalados a una masa enfebrecida de reporteros ávidos de entrevistar a la gran figura de los Juegos. Fue un doble desastre. Michael Phelps, que venía con la lección aprendida, se escabulló por una puerta lateral. Al mismo tiempo, Katie Hoff, que ayer se clasificó con el segundo mejor tiempo (4m 34,63s) para la final de los 400 metros estilos, superó el examen tomando el toro por los cuernos: salió la primera de la terminal, se enfrentó a los reporteros con paso largo y torerío y pasó de largo aprovechándose de que no tiene bigote. Es de las pocas cosas que la separan de Phelps.
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Hoff, la única nadadora que puede robar el protagonismo a la megaestrella estadounidense, si es que eso es posible, nada en Pekín para superar un trauma infantil. A sus 19 años, es una deportista con todos los mimbres para marcar una época. El parecido con Phelps es asombroso. Los dos se criaron en el North Baltimore Aquatic Club. Los dos buscan una hazaña de las que cortan el aliento -Hoff, ganar siete medallas, en 200 metros estilos, 200 libre, 400 estilos, 400 y 800 libre, además de los relevos-. Y los dos debutaron en unos Juegos con 15 años.
La nadadora se clasificó tan inesperadamente para los 200 y los 400 metros estilos de los Juegos de Atenas 2004 que ni dio tiempo a que Paul Yetter, su técnico, consiguiera una acreditación que le diera acceso a la piscina. Era la más joven del equipo estadounidense. Sola en la cámara de llamadas y al borde del agua, la estadounidense dibujó un drama psicológico. La prensa no fue ajena al asunto. La ausencia de sus padres en la capital griega fue interpretada en portada como un gesto de despreocupación que merecía la atención de los servicios sociales. La crítica ha tenido efectos. Ahora, cuatro años después, Hoff se pasea por Baltimore en un BMW y desayuna en el Miss Shirley's Café, el sitio de moda. Sus padres, ambos educados en Stanford, están en Pekín. Y no han venido solos: la adolescente temblorosa carga hoy en las maletas con el título de campeona mundial de 200 y 400 metros estilos, distancia de la que es plusmarquista mundial (4m 31,12s).
¿Qué ha cambiado? "He aprendido a soportarlo, aunque sea un programa de pruebas que es un reto a nivel mental y físico", reflexiona; "haberlo hecho una vez, en los trials, me da la confianza de saber que puedo hacerlo". Dice Hoff que dos brillantes Mundiales seguidos le han quitado cualquier temblor. En Pekín, sin embargo, deberá trabajar a destajo. Elisabeth Beisel, de 16 años, nadó ayer en 4m 34,55s. La italiana Filippi avanza con hélice. Y Stephanie Rice, el prodigio australiano, dejó ver que está al acecho.
Katie Hoff
- La Phelps femenina tiene 19 años y fue la nadadora más joven del equipo de Estados Unidos en los Juegos Olímpicos de Atenas 2004.
- Mide 1,75 metros.
- - Ostenta las plusmarcas mundiales de 400m estilos (4m 31,12s, este año) y 4x200m libre (junto a sus compañeras Natalie Coughlin, Dana Vollmer y Lacey Nymeyer desde el año pasado, 7m 50,09s). - Es la actual campeona del mundo de 200m y 400m estilos y 4x200 libre.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 10 de agosto de 2008