La Generalitat espera concretar en otoño, entre octubre y noviembre, la legalización de las obras de rehabilitación de Grassi y Portaceli en el Teatro Romano de Sagunto, paso previo para presentar el expediente de inejecución de la sentencia que determina la reversión de dicha actuación. Y estudia si es necesario realizar alguna intervención física en el monumento, que se limitaría en cualquier caso a "pequeñas mejoras" que no modificarían "en absoluto" el monumento.
Así lo explicó ayer la consejera de Cultura, Trini Miró, quien advirtió de que se trata de un "trabajo costoso, porque hay que presentar todo un proyecto y documentación arqueológica para comprobar que se acopla a la Ley de Patrimonio Cultural Valenciano". Por ello, agregó que "es posible que se necesite alguna intervención física" relativa por ejemplo a cuestiones como salidas de emergencia pero siempre "sin tocar la obra", ya que, "si se hace algo serán mejoras y el aspecto físico no va a variar", recalcó.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 11 de agosto de 2008