El presidente de Georgia, el prooccidental Mijaíl Saakashvili, protagonizó ayer en la ciudad de Gori una de las imágenes de la guerra al salir corriendo, con cara desencajada por el miedo, tras oír el ruido de un avión que sobrevolaba la zona. Ni los escoltas de Saakashvili entendieron su reacción en un primer momento, pero salieron al instante tras él para rodearle y protegerle del supuesto ataque. Una decena de guardaespaldas le cubrieron mientras el avión desapareció del cielo, seguramente sin reparar en el incidente que acababa de causar.
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* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 12 de agosto de 2008