Al menos siete policías murieron ayer y otras 24 personas resultaron heridas como consecuencia de un atentado suicida registrado en la ciudad oriental paquistaní de Lahore durante los preparativos del 61º aniversario de la independencia de Pakistán, que se celebra hoy. El ataque coincidió con un mensaje televisado del presidente Pervez Musharraf a la nación en el que hizo un llamamiento a la reconciliación y a la estabilidad política para que el país pueda enfrentarse a los problemas económicos y a la violencia.
Las fuerzas de seguridad paquistaníes son frecuentemente objetivo de los islamistas radicales. El martes, 13 personas murieron en otro ataque con bomba contra un autobús de las fuerzas aéreas en la ciudad de Peshawar, al noroeste del país, donde los islamistas vinculados a los talibanes afganos mantienen una lucha sin cuartel contra el Ejército paquistaní.
En otro episodio violento, un ataque con misiles contra un campo de entrenamiento mató el martes por la noche a nueve insurgentes. La agresión se produjo en Bhagar, 35 kilómetros al oeste de Wana, la principal ciudad de la región tribal de Waziristán del Sur. Un portavoz del Ejército paquistaní aseguró a Efe que no se sabía la procedencia, aunque la autoría podría ser de las fuerzas extranjeras destacadas en la vecina Afganistán.
En esa demarcación tribal opera el líder integrista Baitulá Mehsud, jefe de los talibanes paquistaníes, quien con frecuencia ha manifestado su apoyo a la yihad contra las fuerzas de la coalición estadounidense y de la OTAN en Afganistán. La inteligencia estadounidense sospecha que la zona, que nunca ha estado bajo completo dominio del Estado paquistaní, es refugio de numerosos miembros de Al Qaeda.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 14 de agosto de 2008