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El trip-hop de Sofa Surfers hipnotiza Bonaval

Más expresivos cuando se portan como Sofa Rockers -su primer sencillo-, los austríacos Sofa Surfers mostraron el miércoles en Santiago, con videoarte sobre la piedra de Bonaval, algunas de las rutas visibles de la música electrónica en Europa.

Una parte se resume en el talento para el soul del cantante nigeriano Mani Obeya, nueva incorporación de la banda. Si Sofa Surfers se caracterizan, desde su debut en 1997 (Transit), por el afán de superar el cansino sonido Bristol volcando acid jazz y dub sobre líneas repetidas de noise y rock industrial, el aporte vocal de Obeya los sitúa otra vez al principio.

Quizá sea ése el objetivo. En su actual formación de bajo, guitarra, batería, mesa de mezclas y programación, el sonido retumbó como si las atmósferas de Spacemen 3 se utilizasen para entrelazar oberturas krautrock. Con este panorama, el vozarrón de Obeya sonó más a Seal que a Tricky, pero con la dulzura comercial de los primeros Massive Attack. Tanto en Selling souls, entre los temas célebres del pasado, como para Good day to die y el resto de canciones de su último disco, Sofa Surfers (2006).

Al final fue el olor a Londres y trip-hop lo que enervó al público. Las 300 personas que acudieron al concierto más destacado del Festival dos Abrazos se beneficiaron también del talento audiovisual de los austriacos, autores de la banda sonora de Megacities, la película de Michael Glawogger.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 15 de agosto de 2008