La panorámica que se ve desde las guardillas de las casas de Elche es un espectáculo difícil de encontrar en otra urbe europea. Miles y miles de palmeras datileras dan sombra a toda la ciudad. Unos dátiles con unas características únicas y diferentes en cada una de las palmeras. Dátiles con gusto a café, a aceituna, a miel, con toques a eucalipto, entre otros. Les propongo hacer con ellos desde helados granizados de café, con tropezones de estos dátiles frescos, a ensaladas con sabor a aceituna. También ajoblanco con dados de dátil y sabor a miel. El Huerto del Cura es un oasis mágico.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 16 de agosto de 2008