La economía europea ha dado un giro dramático que le ha llevado de resistir con gallardía el primer embate de la crisis financiera a un retroceso histórico, el primero desde la creación de la zona euro. Un cambio de escenario radical que devuelve el protagonismo al Banco Central Europeo (BCE).
Hace unos meses, los expertos hablaban de la tormenta perfecta: sequías, inundaciones, especuladores, biocombustibles, caída del dólar, crecimiento de la población y del nivel de vida en China y la India... Todos los factores se alinearon para disparar el precio de alimentos básicos.
Hace 10 años, el barril de petróleo costaba 10 dólares por barril. Ya entonces había voces que clamaban que ese precio era estratosférico y un desastre para la economía mundial: The Economist, la biblia del periodismo económico, llegó a vaticinar que el precio debía flexionar hasta los cinco dólares.
Liechtenstein empieza a ceder a la presión internacional que le demanda información sobre las grandes fortunas. El pequeño paraíso fiscal, situado entre Austria y Suiza, ha prometido levantar parcialmente el secreto bancario que ampara a los capitales instalados allí para evadir impuestos u ocultar actividades delictivas.