Azul y verde y gris piedra. Lucas y Mar, mis niños, corriendo por las playas de Barru, Sorraos, Truenzu, o la joyita de Toranda (me gusta hasta el nombre: To-ran-da, tan sonoro). Aquí disfruto el aire húmedo, de la rebequita por las tardes, de los paseos por los prados -que me recuerdan la Suiza de mi padre Max-, de las excursiones en las que siempre encuentras algo único: una casa de indianos, un árbol anciano y gigante, un río en el que chapotear. Asturias, el tiempo de la libertad, del mar, de las siestas perezosas, de los amigos. Un tiempo fuera del tiempo que siempre se acaba demasiado pronto como todo lo que es -casi- perfecto. / Helena Ronher es diseñadora.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 17 de agosto de 2008