Theresa Zabell (Ipswich, Reino Unido, 43 años) disfruta en Pekín de sus primeros Juegos. Sus dos experiencias anteriores [Barcelona 92 y Atlanta 96] se saldaron con sendas medallas de oro en clase 470, pero no los vivió. Se quedó con la sensación de haberse sumergido en un mundo aparte, atenazada por la presión, separada del resto de deportistas. Ahora, como vicepresidenta del COE, se relaja en la Villa compartiendo mesa con los olímpicos españoles.
Pregunta. Leire Olaberria acaba de ganar la primera medalla femenina individual...
Respuesta. Es una gran alegría, una pena que no la pudiera vivir en directo. Siempre es un orgullo que una deportista española gane una medalla.
P. ¿Cómo recuerda todo lo que rodeó las suyas?
R. En Barcelona como un alivio total. Nos colgaron la etiqueta de favoritas y no podíamos fallar. Nos creó incomodidad. Además, el primer día nos descalificaron y se nos puso casi imposible la victoria. Menos mal que al final remontamos.
P. ¿Y la de Atlanta?
R. La sensación fue la misma porque veníamos de ganar tres mundiales. Comenzamos mejor, pero sufrimos un temporal que estuvo a punto de dejarnos fuera. Lo recuerdo como el momento de mi vida en el que sentido el peligro más cerca.
P. Da la impresión de que no disfrutó de los Juegos como deportista...
R. La competición de vela es muy larga y se celebra al margen. No vives el ambiente olímpico. Por ejemplo, ni siquiera pisé Atlanta y tengo una medalla de sus juegos. Las regatas eran a cientos de kilómetros.
P. ¿Y cómo vicepresidenta del COI en Pekín?
R. Estoy viviendo todo lo que no pude como profesional. Intento servir de puente entre el Comité y los deportistas. Cuando les da apuro consultar alguna cosa acuden a mí.
P. ¿Cree que Iker Martínez y Xabi Fernández deberían haber ganado el oro?
R. Sin duda. Lo ocurrido es inexplicable. Los daneses no sólo ganaron con un barco ajeno sino que no pasaron el material por el comité de medición.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 19 de agosto de 2008