La crisis paquistaní
Con un tono orgulloso y desafiante que no lograba ocultar el rictus de amargura, Pervez Musharraf anunció ayer su dimisión como presidente de Pakistán, en un intento por conjurar el proceso de destitución emprendido contra él por sus rivales políticos.
GEORGINA HIGUERAS
Los paquistaníes dieron la espalda hace tiempo al hombre que se entregó de lleno a Washington en la lucha contra los grupos islámicos radicales
El presidente de EE UU, George Bush, vio ayer marcharse a uno de sus más firmes aliados en la guerra contra el terrorismo. Desde su rancho tejano de Crawford, Bush alabó profusamente al presidente paquistaní por "sus esfuerzos para conseguir una transición democrática en Pakistán y su compromiso en la lucha contra Al Qaeda y otros grupos extremistas", informó un portavoz de la Casa Blanca.
Guerra en el Cáucaso
El presidente ruso, Dmitri Medvédev, aseguró ayer que Rusia no permitirá que maten impunemente a sus ciudadanos y que hará todo lo necesario para que "el crimen" cometido por Georgia en Osetia del Sur sea castigado. Mientras tanto, el líder de esa región separatista, Eduard Kokoity, destituyó a sus ministros e impuso el estado de emergencia y el toque de queda.