En relación al artículo La Universidad pública española envejece a pasos de gigante, publicado el pasado 16 de agosto, desearía expresar que la participación del profesorado universitario español en el Espacio Europeo de Educación Superior (EEES) requerirá, inexorablemente, una enorme reestructuración y adaptación del sistema educativo.
Esta reforma deberá suponer no sólo una mayor oferta, inversión, mejor adaptación al sistema vigente de acreditación y ulterior concurso de acceso, sino, también, una mayor demanda comprometida con la dedicación. Globalmente, no es tan drástico el envejecimiento de los docentes funcionarios reflejado como la necesidad de incentivar la incorporación a nuestra Universidad de profesorado docente e investigador joven de calidad.
Obtener recursos para este fin es una obligación moral de nuestra sociedad que no puede cuestionarse. En ello debe radicar el equilibrio académico etario para poder llevar a cabo más tutorías, mejores clases prácticas y trabajos dirigidos, con menor porcentaje de clases magistrales: uno de los grandes retos del EEES.
De saber estimular e incorporar a nuestros jóvenes entusiastas al sistema docente, asistencial e investigador, dependerá el futuro de nuestra Universidad y red sanitaria públicas, hecho aún no suficientemente entendido por ciertos sectores, ni apoyado por otros con intereses dispares.
Aprender del pasado e incentivar el presente proporcionará un futuro más competente y competitivo, que requerirá de la experiencia y de la juventud y, ambas, de la entrega y la generosidad.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 19 de agosto de 2008