La lengua azul -una enfermedad vírica que afecta al ganado bovino y ovino, pero que no tiene consecuencias para los humanos- se hace fuerte en Euskadi y el resto del norte de España. Los análisis del laboratorio central de referencia del Ministerio de Medio Ambiente, Medio Rural y Marino han confirmado la existencia de cuatro focos, registrados el 14 de agosto, en explotaciones ganaderas de Etxebarria, Laukiz, Abadiño y Ea, según la información ministerial. La Diputación vizcaína informó también de la existencia de los cuatro positivos, aunque sin precisar la localización de las explotaciones, en las que ya ha comenzado el proceso de inmunización y tratamiento de las reses.
El sistema de notificación del ministerio no especifica el número de explotaciones afectadas por el mal, que se transmite por la picadura de mosquitos. Aunque la enfermedad no supone riesgo para el hombre, tiene importantes consecuencias para los ganaderos. Los animales rinden menos (producen menos leche, engordan más despacio), y, además, para evitar la propagación de la plaga los infectados deben ser inmovilizados, lo que impide su comercialización con normalidad.
La existencia de casos de lengua azul en el norte de España en verano resulta "normal", según una portavoz ministerial. Lo grave ahora, según los registros españoles y de la UE, es que se han dado casos todo el año, también en invierno (los hubo en diciembre pasado en Oiartzun, Hondarribia y San Sebastián, y en noviembre en Rentería y Astigarraga, por ejemplo). Y eso no es habitual, pues el frío bloquea el ciclo reproductor del mosquito transmisor.
Junto a ello, este año se ha registrado una circunstancia especial. Los tipos de virus predominantes en España son el 4 y el 1. Para ellos hay vacuna, y los veterinarios españoles saben cómo tratarlos. Pero este invierno ha llegado desde Europa a Euskadi y al resto del norte de España virus del tipo 8, para el que no hay una vacuna. La UE ha aprobado ayudas para que se desarrolle, pero aunque se consiga crear pronto, ello supondría volver a inmunizar a todos los animales, con el correspondiente coste en tiempo y dinero.
El número de granjas sospechosas de tener algún animal enfermo se elva ya a 32, según precisó ayer la Diputación, casi el doble de las que apuntó inicialmente el pasado día 14. Toda la población ovina de la provincia está ya vacunada, y ahora se intensificará el programa de vacunación con veterinarios. La Diputación se reúne hoy con representantes del sector para analizar la situación.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 19 de agosto de 2008