Fernando Alonso fue el primero. Apareció la mañana del jueves por l'Oceanogràfic con el mono de trabajo con el que se sube a su monoplaza y un brazalete negro. El entorno del piloto español aseguró que estaba conmocionado por el accidente aéreo en Barajas el día anterior. Y así lo expresó. Sus primeras palabras fueron para las víctimas. Además, explicó que trataría de convencer a todos los pilotos para que se guardara silencio en memoria de éstas el primer día de entrenamientos. No quería esperar al domingo. Sería demasiado tarde. Sin embargo, en su círculo más próximo, el piloto reconocía la dificultad de que en un entorno tan frío, el de la Fórmula 1, pudiera lograr la unión necesaria para poder mostrar sus condolencias.
No debió ser tan difícil. Ayer, a las 12.00, la mayor parte de los pilotos y los directores de los equipos que participan en el gran premio, así como las autoridades presentes en el circuito o miembros de la organización, guardaron cinco minutos de silencio junto al edificio del Reloj del puerto de Valencia, bajo una bandera española de grandes dimensiones que ondeará a media asta durante el fin de semana.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 23 de agosto de 2008