El ministro de Cultura, César Antonio Molina, asistió ayer al nombramiento del pintor catalán Joan Miró como hijo adoptivo de Sóller, de donde procedían su madre y su abuelo. El nombramiento es, naturalmente, a título póstumo, ya que este año se cumplirán los 25 años de la muerte del artista. El Ayuntamiento del pueblo mallorquín celebró ayer un pleno extraordinario para aprobar dicho nombramiento, en un acto al que también ha acudido el presidente del Gobierno balear, Francesc Antich, entre otras autoridades.
"La poesía, al igual que el arte, se manifiesta cuando existe la sensación de pertenencia a un lugar", señaló el ministro durante el acto. Molina también mencionó el aprecio del Gobierno a este artista nacido en Barcelona, ya que, ha explicado, en la sala donde se reúne cada semana el Consejo de Ministros cuelgan cuadros de Miró elegidos personalmente por el presidente del ejecutivo, José Luis Rodríguez Zapatero. Un nieto del pintor, Joan Punyet Miró, recogió la placa con el nombramiento y en su parlamento reseñó las raíces familiares y sentimentales que unían a su abuelo con el municipio.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 24 de agosto de 2008