Rescatada del olvido por un proyecto noble, la antigua bodega de los Marcos vive hoy con pulso vital la moderna enología, pero enraizada a la tierra como las viñas de la cual se nutre. Dos han sido las claves de su éxito, el respeto al producto y el trabajo en equipo. De lo primero es responsable Emiliano García. De lo segundo, María Sancho, su gerente, que ha sabido unir equipo y organización. Diego, su enólogo, ha sabido trabajar el coupage como bien lo vemos en sus tintos Árbol Blanco de crianza y Solo, y el Aranleón selección.
La restauración de una bodega centenaria no es tarea fácil, hay que prepararla para dotarla de la infraestructura moderna de elaboración y respetar la estructura y el entorno, es lo que han hecho los de Aranleón con el proyecto del ingeniero Pedro Beltrán y el arquitecto Carlos Sánchez, que han respetado el estilo modernista rural valenciano, ciertamente algo menestral, de su configuración, perímetro y alzado.
BODEGAS ARANLEÓN
Carretera de Caudete s/n. Requena
Téléfono 902 023 069
Construida en 1927, esta bodega fue una de las de la familia Oria de Rueda, que dominó la escena agraria de la comarca en la transición del monocultivo de moreras al del vino. Tenían otras repartidas por las aldeas, y la de los Marcos es una de las más interesantes por su especial configuración de entroncamiento en la tierra, pues de forma natural la bodega está protegida climáticamente. Naturalmente, esto se hacía para proteger las condiciones de elaboración y conservación del vino. La bodega tiene dos torres, que también son su tótem, que surgen de la explanada principal y cuya cota es la de la parte superior de la bodega. Todo ello años antes de que en Costeres del Segre y Napa Valley se construyeran bodegas semienterradas en colinas artificiales. En Aranleón, todo es natural y excelente, como este coupage del Árbol Blanco, que también va a la gastronomía de la comarca Els Ports, cuya germanor queda establecida por la unión de los tintos de Aranleón con los platos de carne y caza de la restauración morellana y los formatges de sus queserías, pues de las gentes de esta bella plaza se dice: L'alegria del fadri/ es un mocador de pita/ una manta morellana i una xica ben bonica.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 24 de agosto de 2008