Marijaia vivió ayer las últimas horas de la Aste Nagusia de 2008 sobre una tarta de cumpleaños con 30 velas. En las escaleras del Ayuntamiento recibió la visita de quienes quisieron depositar su pañuelo de fiestas junto a ella antes de desfilar hasta el puente del Arenal. Allí, Marijaia desapareció para resurgir en la Ría antes de ser devorada por el fuego.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 25 de agosto de 2008