Era imposible que el Atlético, alojado en el cuarto bombo, se librara de cruzarse con un coco. Era complicado que el Villarreal, en el segundo escalón, lo consiguiera. Sí era fácil que lo hicieran el Madrid y el Barça, cabezas de serie como eran. No salió indemne el Atlético, al que le cayó en gracia el Liverpool de Fernando Torres. Tampoco el Villarreal, que se medirá al Manchester United, el actual campeón, el equipo del que no ha querido (o no ha podido) irse Cristiano Ronaldo, nombrado en Montecarlo mejor jugador de la pasada Liga de Campeones. Ni siquiera tuvo fortuna el Madrid, que, a las primeras de cambio, se encontró con que el Juventus le acompañaba en el grupo. Nada de eso le ocurrió al Barça, que vio cómo sucesivamente la fortuna le emparejaba con el Sporting de Lisboa, el Basilea y el Shakthar Donestz, de Ucrania, en el sorteo de la Champions más asequible que jamás haya tenido el conjunto azulgrana. El Madrid, por su parte, amén de enfrentarse a Del Piero y compañía, se verá las caras con el Zenit, ruso, campeón de la Copa de la UEFA, capaz de ganar por 4-0 al Bayern Múnich en las semifinales y en cuya plantilla figura Arshavin, una de las estrellas de la Eurocopa, y con el Bate, primer equipo bielorruso que disputa el torneo. El Villarreal tendrá un segundo viaje al Reino Unido para medirse al Celtic y respirará ante el Aalborg, danés. El Atlético, amén de su reencuentro con Torres, buscará el pase ante el PSV y el Marsella, dos equipos que han sido campeones de Europa.
No es el Manchester un rival desconocido para el Villarreal. Hace tres temporadas, ambos coincidieron también en la primera fase y el asunto se resolvió con sendos 0-0. El Villarreal consiguió incluso pasar de ronda como primero de grupo. Peor recuerdo tiene el Madrid de la Juve, que le echó en las semifinales de la temporada 2002-03 con un azaroso partido de vuelta (perdió 3-1 el Madrid tras ganar 2-1 en el Bernabéu), en el que Figo falló un penalti y Vicente del Bosque no sacó a Ronaldo, que andaba tocado, hasta la segunda mitad, lo que provocó las críticas del por entonces presidente, Florentino Pérez. A los pocos meses, Del Bosque fue despedido.
Pero el partido con más morbo es, sin duda, el Atlético-Liverpool, en el que se vivirá el acontecimiento del regreso de Torres al Calderón, estadio que volverá a pisar el 22 de octubre. "No es un duelo Torres-Kun", sentenció ayer Agüero, que vivirá su debut en el torneo. Mientras tanto, las únicas dudas que existen en el grupo del Barça residen en saber quién quedará segundo aunque, por supuesto, el club intentara ayer disimular la alegría por semejante chollo de sorteo.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 29 de agosto de 2008