Hoy 31 de agosto se celebra el Día de la Solidaridad, que busca promover una reflexión ciudadana sobre la responsabilidad individual en el desarrollo del mundo. La Real Academia Española define la solidaridad como la "adhesión circunstancial a la causa o a la empresa de otros". Pero no era la visión de las sociedades tradicionales, en las cuales la solidaridad suponía la adhesión a un conjunto de valores y creencias comunes y la unión de los destinos de las personas de la comunidad. Hoy el término es una especie de cajón de sastre, con el riesgo de que su polisemia le haga perder fuerza y definición.
Cuando se ha conocido por un estudio de la Universidad de Salamanca que sólo un 48,9% de los españoles defiende sin reservas el derecho a la sanidad pública a los inmigrantes sin papeles y que incluso un 7,3% de los españoles niega ese derecho para los inmigrantes en situación regularizada, tal vez podamos concluir que más allá de la utilidad de reservar una fecha del calendario a conmemorar tal o cual cuestión, merece la pena seguir trabajando con ahínco, rigor e inteligencia a favor de una cultura de mayor equidad social.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 30 de agosto de 2008