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Crítica:

Ambición desmesurada

La corte de Felipe II tiene un innegable poder de fascinación para ser reflejada en una de esas producciones que bordaron los británicos. Pompa y (mucha) circunstancia. Ambición palaciega, lujuria sexual, amistades peligrosas. Un territorio en el que se ha adentrado Antonio del Real con la película más ambiciosa de su olvidable filmografía: La conjura de El Escorial, un afanoso quiero y no puedo sin identidad, protagonizado por uno de esos planteles interpretativos sacados de aquí y allá que siempre parecen el mismo. Con el punto de mira en la comercialidad más banal, la apasionante intriga histórica cede demasiado terreno a una lamentable trama amorosa. Al director quizá le traicione su propia ambición y, aunque la grandilocuente música pretenda ensalzar una puesta en escena más esforzada que talentosa, la película parece un trabajoso remedo de aquellos modelos británicos un tanto pasados de moda. La notable Alatriste y la correcta Los Borgia fueron éxitos de público. La conjura... busca la misma senda. Difícil apuesta.

LA CONJURA DE EL ESCORIAL

Dirección: Antonio del Real.

Intérpretes: Jason Isaacs, Julia Ormond, Juanjo Puigcorbé, Blanca Jara.

Género: thriller. España, 2008.

Duración: 130 minutos.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 5 de septiembre de 2008