- Límites nacionalistas. Suiza: punto de acceso al Jungfraujoch. En la taquilla hay una gran bandera española. Dos militantes de ERC se escandalizan y preguntan por qué. El empleado les explica que España ha ganado el campeonato de Europa de fútbol y todos los españoles tienen derecho al 50% de descuento en el cremallera. Los independentistas catalanes no tuvieron dudas: se declararon españoles.
- Culto a la personalidad. La Asociación de Municipios de Cataluña (ACM) publica una revistilla con informaciones diversas. El número de julio y agosto, el 289, no tiene desperdicio. Sobre 18 páginas con información se reproducen hasta seis fotografías del presidente de la ACM, el convergente Salvador Esteve. Ni Mao, en sus buenos tiempos, vivió tal culto a la personalidad.
- Arduos trabajos. Ernest Benach, uno de los más preclaros intelectuales de ERC, es ahora presidente del Parlament. Entre sus funciones y tareas destaca la de asistir regularmente a los partidos del Barça. Hay ocasiones en las que es sustituido en la presidencia de la Cámara, pero en el fútbol carece de suplente.
- Orden vacacional. Un viejo chiste anarquista sostiene que el verano es cuando mejor funcionan los países, porque los gobiernos se van de vacaciones. Hay versiones más duras, pero no vienen a cuento. Conocedores del chascarrillo, muchos consejeros del Gobierno catalán procuran no ser pasto de ironías y organizan las vacaciones. Donde no se hace es en Medio Ambiente. Se fue el consejero, Francesc Baltasar, en agosto, y le siguieron todos los secretarios y directores generales. Sólo palmó Núria Buenaventura que, casualmente, es la última llegada al departamento. Todo siguió funcionando y, de creer a los maldicientes, mejor que con el consejero.
- Convocatoria. Convocatoria de la junta andaluza para la inauguración de la Semana de Andalucía en Cataluña. Llega a las redacciones en un correctísimo catalán. Una gozada. Si en vez de la junta lo hubiera hecho al Generalitat, le habrían caído encima chuzos de punta.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 7 de septiembre de 2008