En la entrevista publicada en EL PAÍS del domingo 31 de agosto, el señor Rajoy aboga por las pequeñas y medianas empresas y rebajar el impuesto de sociedades del 25% al 20%, a la vez que aconseja al Gobierno mantener el gasto social. "Estamos hablando de la financiación de la sanidad, de la educación, de los grandes servicios públicos", dice. Y no casa la reducción de los impuestos (ingresos) con la mejor atención de esos servicios (gastos).
Pero lo que incumbe más directamente a los pensionistas es que le hayamos oído en más de una ocasión referirse al Pacto de Toledo. En ésta, también: "renovación del Pacto de Toledo, en el tema de pensiones"... Ya podemos, los pensionistas, agarrarnos los calzones, porque si este Gobierno socialista, ante la crisis económica, escucha las propuestas del señor Rajoy, nuestras pensiones, de por sí precarias, se verán reducidas, al no incrementarse a nivel del IPC anual, para no perder poder adquisitivo, como venía ocurriendo, sino en ese 2% al que tan acostumbrados nos tuvo el PP cuando gobernaba.
O incluso congelando la subida, como lo hizo con los funcionarios el primer año (1997) de su Gobierno con presupuestos propios. Es su forma de gobernar: muerto el perro, se acabó la rabia.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 8 de septiembre de 2008