La reacción de los mercados de valores ante la operación pública de salvamento de las grandes firmas hipotecarias estadounidenses se ha quedado en algo testimonial y, evidentemente, sin posibilidad de continuidad a corto plazo.
La Bolsa española vivió una sesión tan irregular como confusa en la que los constantes altibajos se debían más al cambio de opinión de los inversores que a la existencia de motivos concretos para cambiar de tendencia.
Al cierre de la sesión, el Ibex 35 perdió el 1,77%, para quedarse en 11.350 puntos, aunque en algunos momentos llegó a subir el 0,49% y a caer el 2,29%. El índice Ibex de los valores medianos perdió el 0,99%, y el de los pequeños, el 1,10%.
Para los analistas, estos bandazos son consecuencia de la situación en la que "se ha metido" el Ibex 35, con la reciente formación de un "suelo" aparentemente sólido en la zona de los 11.100 puntos, después de fracasar en sus ataques al nivel de los 11.900 puntos. Se ha formado así un movimiento lateral que, con esos dos límites, ofrece la amplitud suficiente como para que muchos inversores se pierdan, al no contar con plazos concretos para ajustar sus operaciones. Este amplio movimiento lateral se mantendrá en ausencia de mayores complicaciones y siempre a la espera de la próxima revisión de las expectativas económicas europeas.
En Estados Unidos, mientras tanto, se intenta digerir la situación creada tras el desembarco público en el sector financiero, al que ahora hay que añadir el varapalo sufrido por la cotización de Lehman Brothers ante la posibilidad de que no se llegue a un acuerdo para su venta.
Los últimos datos económicos conocidos del mes de julio indican que la recuperación de la economía no va a ser fácil. Los inventarios mayoristas crecieron, al tiempo que bajaban las ventas, lo que afectará a los nuevos pedidos, a la vez que muestra cierto descenso del consumo en consonancia con el dato de descenso de las rentas personales publicado la semana anterior.
El mercado del petróleo parece el único capaz de aportar alguna alegría a los inversores, aunque la proximidad del nivel de los 100 dólares por barril hace temer un rebote del precio.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 10 de septiembre de 2008