Jorge Bustamante es, desde 2005, el relator especial de Naciones Unidas para los derechos humanos de los inmigrantes. En su currículo figuran más de 200 publicaciones sobre migraciones internacionales y ha sido propuesto para el Premio Nobel de la Paz. Bustamante acaba de llegar a España para asistir al III Foro Social Mundial de las Migraciones, que comenzó ayer en la localidad madrileña de Rivas Vaciamadrid.
Pregunta. Hace sólo un año declaró usted a EL PAÍS que España era uno de los países que mejor conciliaba el control de sus fronteras con el derecho de las personas a circular libremente. ¿Mantiene esa opinión?
Respuesta. No, porque la opinión pública está cambiando, como suele suceder en todos los países en épocas de crisis económica. Y también está cambiando la visión de algunos políticos sensibles a esa opinión. Eso se refleja en legislaciones contra los inmigrantes. Los inmigrantes son excelentes chivos expiatorios.
P. ¿Qué le parecen los cambios que ha adelantado el Gobierno en los últimos meses?
R. Me impresionó el mensaje de Zapatero justificando su apoyo a la directiva de retorno del Parlamento Europeo. Y también las declaraciones del ministro de Trabajo e Inmigración, Jesús Corbacho.
P. El Gobierno dice que la directiva de retorno no obliga a endurecer las leyes españolas.
R. Ése es el argumento de Zapatero. Me parece poco creíble. Zapatero está bajo una presión tremenda de la UE para que no facilite, de forma simbólica o real, la inmigración. Y yo creo que ha hecho más caso a esa presión que al sentimiento de los españoles. La inmigración no está creando problemas estructurales que obliguen al Gobierno a reaccionar de una manera dura. Y esa directiva criminaliza a los inmigrantes.
P. ¿Cree que la directiva puede disuadir a los irregulares?
R. Para nada. Es una respuesta política que tiene poco que ver con la realidad.
P. El ministro de Trabajo ha anunciado la exclusión de la reagrupación familiar de los padres y los suegros de los inmigrantes.
R. Esa medida va en la misma línea que la directiva. Ambas se apoyan en las ideologías antiinmigrantes que predominan en Europa, no en una investigación científica. Si aprueba la reducción de la reagrupación familiar, España violará derechos humanos.
P. El Gobierno ofrece ayudas a los que renuncien a sus permisos de trabajo y vuelvan a sus países.
R. Los programas de retorno no tienen éxito. En Estados Unidos acaban de hacer uno similar, ¿y sabe usted cuántos inmigrantes se acogieron? ¡Ocho, de un total de 12 millones de irregulares!
P. ¿Las medidas duras ayudan a contener la xenofobia o, por el contrario, la alientan?
R. Hay ciertas visiones de xenofobia en algunos grandes sindicatos españoles. Pero medidas como las que ha mencionado no van a ayudar a contenerlas.
P. ¿Firmará Zapatero el Convenio para la Protección de los Trabajadores Inmigrantes [el compromiso figura en el programa electoral del PSOE] en su visita a la ONU, dentro de unos días?
R. Ojalá. Hace tiempo hubo negociaciones en ese sentido. Sería el primer país receptor de inmigrantes que lo hiciera.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 12 de septiembre de 2008