Un incendio en los calabozos de la nueva comisaría de policía de Algeciras destruyó el jueves pasado algunas pruebas judiciales almacenadas. Entre ellas, unas sábanas manchadas de sangre que pertenecían a la escena del crimen joven magrebí Rachid M. A. B. alias Berry, ocurrido el 25 de agosto. Así lo ha denunciado la Unión Federal de Policía.
"No entendemos cómo se custodian pruebas judiciales en un calabozo, donde hay polvo, humedades y, en definitiva, posibles alteraciones de las pruebas", señaló Víctor Duque, responsable de UFP en Andalucía quien culpa de esta situación al comisario jefe de Algeciras, Julián Márquez, y a los mandos encargados de la custodia de las pruebas.
Según la UFP, "al tratarse de pruebas de un delito de homicidio, la competencia en la custodia de los efectos corresponde a las unidades de policía judicial y sus responsables".
El sindicato pidió ayer a la Dirección General de la Policía, el traslado del comisario local a nuevas responsabilidades que no requieran una carga tan "efectiva de iniciativa profesional y personal", ya que éste mismo sindicato denunció hace semanas, la fuga de diez inmigrantes indocumentados de estas mismas dependencias.
Precisamente, todo apunta a que el origen del incendio se sitúa en los trabajos de soldadura que se venían realizando en unas ventanas existentes en los calabozos de la comisaría, con el objeto de reforzar la seguridad de las instalaciones.
Mientras, desde la comisaría algecireña no se quiso responder a lo que se considera una denuncia sindical.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 13 de septiembre de 2008