Un cambio de los estatutos en 1995 amparaba desde entonces al Bloque a modificar sus cónclaves abiertos -un militante, un voto- para estructurarlos a través de delegados como sucede en la mayoría de partidos políticos. La organización frentista estrenará esa segunda fórmula en la asamblea extraordinaria del próximo 5 de octubre, en la que por primera vez serán los delegados (1.500) los que decidirán si ratifican o no a Anxo Quintana, único candidato que se ha presentado, como cabeza de cartel para las autonómicas del próximo año. Con el 86% de los apoyos, el Consello Nacional, máximo órgano del Bloque entre asambleas, ratificó ayer esa determinación, según explicó el coordinador de la Executiva, Francisco Jorquera.
La decisión no fue bien acogida por la corriente Movemento pola Base, que aglutina al 10% de las bases, y que ayer mismo anunció que no tomará parte en el cónclave de octubre. Su portavoz, Miguel Anxo Abraira, acusó a la dirección del BNG de propiciar una "fractura importante" en la organización y de acabar con el "espíritu del Bloque basado en la militancia individual".
La respuesta de Jorquera llegó en forma de porcentajes. "La militancia ya se ha expresado, el 86% del Consello Nacional ha decidido". El número dos del Bloque defendió que "la actual dimensión organizativa del BNG impide, en esta última fase, una asamblea abierta". Jorquera recordó que en la última asamblea nacional fue la propia militancia la que "de forma democrática" apoyó el congreso por delegación. Entonces, la dirección del Bloque logró imponer ese modelo gracias al 60% de los votos de los militantes, frente al 40% que sumaron corrientes críticas como el Encontro Irmandiño que encabeza Xosé Manuel Beiras, la vía que dirige Camilo Nogueira y Movemento pola Base.
Jorquera pronosticó que el Bloque "incrementará su representación en las autonómicas, por ser la fuerza que está más cerca de Galicia".
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 14 de septiembre de 2008