El presidente de la Cofradía de Pescadores de Tarragona, Esteve Ortiz, anunció ayer una denuncia contra la empresa Boteros y Amarradores, propietaria de la gabarra hundida en el puerto de Tarragona, porque el vertido de fuel y gasóleo que se produjo tras el hundimiento ha manchado 70 barcas de pesca y ha llegado hasta el varadero. Los pescadores descubrieron la mancha y llamaron a un notario para certificar su denuncia.
Mientras tanto, la barcaza, que se dedicaba a suministrar combustible a los barcos, permanecía ayer semihundida en el muelle de Reus. Los buzos trabajaron durante todo el día en el vaciado de uno de los 10 tanques de combustible. El objetivo: aligerar el peso del barco para reflotarlo sin que se produzca un nuevo escape que aumente la contaminación marina.
Según Ortiz, los pescadores tienen que atravesar el muelle de Reus, la zona contaminada, para llegar al suyo, y descubrieron que las embarcaciones estaban manchadas pese a la triple barrera de contención colocada para cercar el vertido. Trabajadores de los barcos pelícanos que limpian el chapapote achacaron al oleaje que el fuel haya salido de la zona confinada.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 16 de septiembre de 2008