La alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, y el presidente del Valencia, Vicente Soriano, se mostraron ayer encantados de haberse conocido. La primera edil recibió en el Consistorio al dirigente valencianista y a su equipo. Fue una primera toma de contacto en la que se trataron aspectos de suma importancia para ambas instituciones.
El futuro estadio, que se construye en la avenida de las Cortes Valencianas sobre suelo municipal, fue el protagonista.
Los retrasos en las obras obligan al Valencia a pensar en la 'Champions' 2012
Barberá salió contenta del encuentro: recuperará la pista de atletismo con la que soñó para atraer a la ciudad más eventos deportivos de repercusión internacional y aspirará, como siempre deseó, a una final de la Liga de Campeones. Si bien, quizá el Valencia deba jugar otras cartas y pensar, mínimo, en 2012. El proyecto inicial sufrirá algunos cambios, en parte, por esa ansiada pista, lo que podría retrasar aún más la fecha prevista para la finalización de la obra, que ha visto ralentizado el ritmo de trabajo este verano. Debido o no este retraso a las mensualidades que el Valencia adeuda a la UTE constructora -las dos entidades trabajan en la redacción de un calendario de pagos para solucionar el asunto-, es probable que el estadio no esté listo para iniciar la temporada próxima.
Aunque la posibilidad de que el nuevo Mestalla albergara una pista de atletismo aparecía en el proyecto de aquella ilusionante maqueta, presentada en su día con aspiraciones de convertirse en "el mejor estadio de fútbol del mundo del siglo XXI", poco más se conoce al respecto. Tan poco que se ha llegado a dudar de que el nuevo campo ideado durante la gestión del ex presidente Juan Soler fuera a disponer, en efecto, de esa pista de atletismo, una petición de la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá. Petición incluida expresamente en el convenio firmado entre el Ayuntamiento y el club, pues era la condición "sine qua non" que daría la opción a la ciudad de albergar un Mundial de Atletismo al aire libre y la condición, también, que daba sentido a aquella cesión de terreno municipal a cambio de 17,4 millones y parcelas de uso deportivo.
Ayer, Barberá y Soriano acordaron buscar la forma de disponer de pistas de atletismo menos dañina para el club. La idea de la pista oculta bajo gradas movibles no entusiasmaba al Valencia. Podrían perderse tres meses para adecuar el estadio. Demasiado tiempo para un club de fútbol. "Todo se llevará a cabo, más o menos, en los términos previstos inicialmente", aseguró Soriano tras el encuentro. La alcaldesa dijo haberle ofrecido todo su apoyo "para conseguir los objetivos deportivos y arquitectónicos". "No voy a negar que el nuevo estadio es un hito arquitectónico para la ciudad", añadió.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 16 de septiembre de 2008