Descolgados los favoritos Zabel y Boonen, cabía pensar en cualquier cosa para el sprint. Al final, se lo llevó el belga Weilandt, dándole la quinta victoria al Quick Step. El resto, a conformarse con el destino, cuando la Vuelta ya mira a su final entre el languidecimiento y la rutina. Tras la jornada de huelga encubierta de ayer, el entusiasmo lo pusieron Pedro Horrillo y José Ruiz, fugados más de 100 km y neutralizados a seis de meta.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 18 de septiembre de 2008