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Capitanucci y Cantarero, en la gala lírica del festival de ópera

El Festival de Ópera de A Coruña celebró la gala lírica Unha noite de bel canto, con Mariola Cantarero, soprano, Fabio Capitanucci, barítono, y la Real Filharmonía de Galicia, dirigida por Paul Daniel. Sea por la acústica sin retorno del Teatro Colón, sea por una cierta brusquedad en la dirección, la obertura de El barbero de Sevilla sonó con dureza, nada rossiniana, lo que se repetiría varias veces a lo largo de la gala. A destacar, los solos de oboe, trompa y fagot.

El timbre de Capitanucci es como un metal noble cuidadosamente pulido y satinado. Su vocalización y afinación fueron prácticamente perfectas. Tiene gran musicalidad y su excelente capacidad dramática surge de lo hondo de su voz. Su Germont en el aria Di Provenza il mar, il suol... clavó el retrato del viejo Germont, con todo el egoísmo y la miseria de su pretendida nobleza campesina.

Cantarero lució desde su primera aria, Bel raggio lusinghier, su muestrario de habilidades vocales. Convenció al auditorio el virtuosismo donizettiano de Linda de Chamonix y el belliniano de I Puritani.

Pero fue en Teneste la promesa y Addio del pasato de La Traviata, donde hizo su mejor interpretación, de un dramatismo más sobrio, serio y profundo. En los dúos de Don Pasquale y de L'elisir d'amor, cantaron los dos con una gran musicalidad, y supieron dar lo mejor de sí mismos como actores.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 19 de septiembre de 2008