"¿Pero dónde se entrena Nadal, dentro o fuera?", "¿Quedan entradas todavía?" En la bochornosa tarde de ayer, las preguntas flotaban entre la veintena de personas que se congregó ante las pistas adosadas a Las Ventas, convertida en plaza de la Copa Davis. Querían ver al campeonísimo... Y le vieron como una hormiguita y las pelotas tamaño alfiler. Pero oían los golpes de sus saques y sus famosos gritos. Y le gritaban "¡Vamos, Rafa!", o "¡Dale, torero!" El majestuoso edificio de ladrillo neomudéjar esconde tierra batida donde a partir de hoy jugarán, haciendo gala de músculo y fuerza, los campeones españoles frente a los estadounidenses. Y esconde la pista literalmente. No se ve lo que pasa dentro. Para consuelo de aficionados, habrá una gran pantalla que emitirá los partidos al lado de la plaza. Los niños pueden aficionarse con tres canchitas, donde se hacen las propuestas de juego de Madrid Volea. Y unos carteles rezan "La Comunidad de Madrid se marca un tanto". Antes que ellos, hubo una exhibición de jóvenes tenistas en sillas de ruedas (en la imagen). Más información en la página 59
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 19 de septiembre de 2008