Algunos derechos que se suponía eran ya irreversibles en el ordenamiento jurídico universal se están cuestionando o simplemente eliminando. Por supuesto que nunca se respetaron universalmente en la práctica, pero al menos estaban legitimados por la ley. Ahora ya no. Para empezar, las 40 horas semanales de trabajo, que costaron largas luchas sindicales. Ahora la Unión Europea quiere ampliarlas a 60 o 65. En segundo lugar, la prohibición de la tortura. En EE UU no se prohíbe la práctica del ahogamiento simulado, por decisión de su presidente. Por último, el hábeas corpus, formulado en el siglo XII y cuyos antecedentes se remontan al Derecho Romano (homine libero exhibendo). La Directiva del retorno, aprobada por la Unión Europea -con los votos a favor de España-, permite que un inocente, que ni siquiera está acusado de ningún delito, permanezca hasta un año y medio en una cárcel común sin que medie decisión judicial.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 24 de septiembre de 2008