Ibarretxe sigue en sus trece. El lehendakari volvió ayer a asociar la consulta anulada por el Tribunal Constitucional con el fin de la violencia en Euskadi. Recordando el enunciado de las dos preguntas planteadas, aseguró que con la primera buscaba "alumbrar un nuevo camino" para la paz y que su celebración "sería absolutamente letal para la violencia de ETA". Lo declaró después de firmar, junto al resto de miembros del Gobierno, su adhesión al manifiesto en defensa de la consulta acordado por los partidos del tripartito (PNV, EA, EB) y Aralar. Un acto que se retrasó el martes por el atentado mortal en Santoña.
En sus declaraciones tras la firma, Ibarretxe admitió de forma implícita que, al final, no demandará personalmente a España ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH), como anunció en un primer momento, aunque se mostró convencido de que los partidos que apoyaron la Ley de Consulta llevarán de algún modo la denuncia a Estrasburgo. Las dudas sobre las posibilidades de que sea admitido el recurso han cundido en el tripartito y el lanzamiento del manifiesto ha sido la fórmula elegida para ganar tiempo mientras se despejan y logran el "máximo de fuerzas y de empuje" por parte de la sociedad.
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Precisamente, Joseba Egibar, uno de los dirigentes del PNV que con más vehemencia ha defendido la consulta, hizo ayer autocrítica al admitir que los políticos han llevado una velocidad y la sociedad otra distinta en esta cuestión. "Hay que actuar en simbiosis. Tiene que ser mayor la proximidad de la acción política a lo que pueda estar demandando la ciudadanía".
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 25 de septiembre de 2008