Su tacto parece de calamar y su aspecto el de una medusa, pero no se mueve por el mar; se introduce en las cazuelas. Porque es una red, flexible y elástica, que sirve para escaldar, cocer y escurrir verduras, mariscos, legumbres o huevos y se puede utilizar para hervir pasta al dente. Permite cocinar a la vez varios alimentos y facilita cocciones ligeras (para conservar nutrientes), sin grasas y sin que los ingredientes se deshagan. Esta malla de cocción reinventada es obra de Luki Huber. El diseñador suizo afincado en Barcelona (creador, con El Bulli, de instrumentos culinarios) sigue explorando para la firma española Lekue las posibilidades de la silicona platino, material versátil capaz de resistir sin fundirse ni deformarse temperaturas heladas o abrasadoras (de los -50º a los 260º) y aguanta el lavavajillas. La malla mide abierta 31 centímetros de diámetro y tiene capacidad para tres kilogramos. Cuesta 9,90 euros. www.lekue.es
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 26 de septiembre de 2008