Parece difícil, pero la plaza de Lesseps encara la recta final de las obras que la han tenido levantada durante años: nueva urbanización, modificación de los viales y, por si eso fuera poco, la futura estación de la línea 9 del metro.
Que la urbanización toca ya a su fin lo demuestra la rectilínea escultura colocada en el lado norte de la plaza, una silueta de algo que podría ser un taburete -eso sí, sin el asiento- situada justo frente a la biblioteca Jaume Fuster, que se ha convertido en todo un símbolo de la reformada plaza de Lesseps.
Como un duelo de estructuras, el taburete parece querer marcar terreno frente a la biblioteca.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 3 de octubre de 2008