Los bodegueros españoles están embarcados en una carrera vertiginosa para ver quién tiene más y mejor madera. No hay tinto con pretensiones que no alardee de tan noble árbol genealógico. Parece como si la madera tuviera la virtudde hacer bueno el vino mediocre. Los resultados pueden ser, sin embargo, lamentables. Hay vinos que presumen de su roble a costa de ahogar todo recuerdo frutal. Existen tostados tan subidos de tono que achicharran la complejidad aromática del vino más expresivo. Y no es raro tropezarse con tintos de paladar seco como un leño porque la aportación del roble ha superado toda prudencia. Quizá no estaría de más recordar que el aporte fundamental de la barrica no consiste en añadir notas aromáticas, sino la de fijar, consolidar, estructurar y dar patente de longevidad a los vinos. Una evolución que pide tanta mesura en la madera nueva como potencia en la fruta original. Por eso los bodegueros de mente abierta y sagacidad comercial han lanzado un nuevo tipo de tinto roble con leve, pero trascendental, paso por madera. Tintos que sin perder juventud ganan en madurez y enjundia. No serán crianzas, pero en muchos casos saben mejor y son más baratos.
PAGO DE LOS CAPELLANES 2007
Pago de los Capellanes. Teléfono: 947 53 00 68. DO: Ribera del Duero. Crianza: 5 meses. Cepas: tempranillo, cabernet sauvignon y merlot. Grado: 13%. Precio: 7 euros. Puntuación: 9/10.
Paisaje aromático rico y complejo, con notas de frutillos rojos y negros silvestres, perfumes florales, un recuerdo de sotobosque y ligeros tonos especiados. En boca es sabroso, muy fresco, con taninos maduros y un paso largo y vivo.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 4 de octubre de 2008