Definitivamente, lo que el Getafe gana extramuros lo regala a continuación, con una facilidad pasmosa, en el Coliséum, que ha pasado de ser un fortín a una plaza donde lo raro es no rascar al menos el empate. Bien lo saben el Betis, el Atlético y el Almería. Todos han hecho caja, aunque el cuadro de Arconada lo consiguiera sobre la bocina. El conjunto de Víctor Muñoz tiró por el retrete una renta de dos goles cuando su afición ya saboreaba el primer triunfo de la temporada. La fiesta la aguó Chico, que cazó un despeje blandito de Jacobo en el descuento. La jugada vino de una ocasión clara de gol que el sustituto de Abbondanzieri mandó a córner. El portero, que se había erigido una vez más en el héroe de los parroquianos, salvando todos los remates habidos y por haber de Crusat, Notario, Negredo, la pifió en su última intervención. Tampoco es que la defensa estuviese muy acertada, en especial el Cata Díaz, que confundió su área con una cancha de balonmano en dos penaltis que el árbitro ninguneó al Almería.
GETAFE 2 - ALMERÍA 2
Getafe: Jacobo; David Cortés, Cata Díaz, Mario (Belenguer, m. 38), Licht; Guerrón (Uche, m. 59), Celestini, Casquero, Granero (Adrián, m. 76); Manu y Albín. No utilizados: Gonzalo; Contra, Gavilán y Polanski.
Almería: Diego Alves; Bruno, Chico, Perellano, Mané; Julio Álvarez, Juanito; Juanma Ortiz, Corona, Piatti (Crusat, m. 20; Natalio, m. 72); y Negredo. No utilizados: Esteban; Kalu Uche, García y Soriano.
Goles: 1-0. M. 68. Uche bate por bajo a Diego Alves. 2-0. M. 71. Casquero chuta fuerte dentro del área. 2-1. M. 87. Negredo cabecea un centro de Julio Álvarez. 2-2. M. 91. Chico, tras un despeje de Jacobo.
Árbitro: Mateu Lahoz. Amonestó a Cata Díaz, Ortiz y Perellano.
Unos 8.000 espectadores en el Coliséum Alfonso Pérez.
Desterrado el fútbol de salón por el pico y la pala, el Getafe sólo consiguió abrir la lata cuando metió a Uche en el campo. El nigeriano, asistido por Manu del Moral con un taconazo, coló el balón entre las piernas de Diego Alves. Sin tiempo para el resuello, Casquero, tras un balón recuperado por Albín, abrió distancias con un chutazo de los que le caracterizan dentro del área. La ventaja parecía insalvable, pero el Getafe volvió a los malos hábitos, con unos minutos finales nefastos. Puede que ya no estile el fútbol de salón, pero el síndrome del Bayern volvió a hacer mella en su ánimo. Negredo, a falta de tres minutos, burló a Jacobo, hasta entonces insuperable. Chico, sobre el alambre, le asomó al precipicio.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 6 de octubre de 2008