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Análisis:EL ACENTO

Los rumanos, 'brava' gente

El presidente rumano, Traian Basescu, ha estado en Alcalá de Henares. En la región de Madrid hay censados 200.112 compatriotas suyos y muchos se han quedado a vivir en la ciudad donde nacieron Cervantes y Azaña. Así que fue a visitarlos, dijo que no tolerará que Europa trate a los rumanos como inmigrantes, pues son parte de la Unión, y escuchó durante media hora las preguntas que le hicieron los suyos. No se sabe cómo ha batallado contra los líderes europeos para que eliminen la moratoria que permite a los países más antiguos de la UE restringir la libre circulación de los ciudadanos de los últimos países en incorporarse. Ni tampoco se conocen sus iniciativas para convencer a Zapatero para que no aplique más esa medida o, cuando menos, para que garantice que no se va a prolongar más de los dos años, que fue el tiempo que anunció su Gobierno que la aplicaría.

Hola, soy rumano. Juntos hacemos un buen equipo". Es el lema de la campaña publicitaria que ha puesto en marcha el Gobierno de Basescu en España para trasladar una imagen amable y que combata los estereotipos que condenan injustamente a los rumanos a papeles vinculados con la delincuencia o la prostitución. Son 728.000 los que viven en España (el 9,5% del total de los inmigrantes). De los que están en la región de Madrid, 77.000 cotizan a la Seguridad Social. Trabajan en diversos oficios (tienen fama de buenos fontaneros: es otro de los tópicos) y seguramente se ajustan a los personajes de los anuncios: un empresario, una enfermera, el director de un hotel.

Gente brava: es el concepto que subraya la campaña hecha en Italia con el lema de "Romania. Piacere di conoscerti". La reacción de muchos rumanos de etnia gitana a la campaña en España ha sido diáfana: no se identifican con los que salen en los anuncios. Sugieren que el Gobierno rumano se olvida de los gitanos, que son los que más padecen la xenofobia en Italia. No vaya a resultar que esa brava gente son sólo unos cuantos de todos ellos. Y no vaya a ser que tanto afán de resaltar las grandezas de los suyos (y de venir a Alcalá a decírselo) no fuera más que mera campaña de Basescu, pero electoral: en Rumania hay elecciones el 30 de noviembre.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 7 de octubre de 2008