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Análisis:EL ACENTO

Los virus y el Nobel

Por qué la Academia sueca ha tardado un cuarto de siglo en otorgar el Nobel del VIH? El descubrimiento del virus, causante del sida, fue publicado en 1983 por los investigadores franceses Françoise Barré-Sinoussi y Luc Montaigner. Y no se puede decir que el trabajo fuera ignorado: apareció en Science, una de las dos revistas científicas más famosas del planeta, y a día de hoy ha sido citado 4.300 veces por otros investigadores.

El sida sólo había sido descrito dos años antes, por lo que el trabajo de los científicos franceses es un hito histórico, y así lo reconoce el instituto Karolinska: "Nunca antes la ciencia y la medicina habían sido tan rápidas en descubrir, identificar y proveer un tratamiento para una nueva entidad patológica".

Los actuales tratamientos del sida son una consecuencia directa de la identificación del virus. Como también lo son las pruebas diagnósticas que se han aplicado a millones de personas. El sida es una de las peores pandemias conocidas, con 25 millones de muertos desde 1981 y 33 millones de seropositivos en la actualidad.

Es verdad que, al año siguiente, el norteamericano Robert Gallo complicó las cosas al anunciar que también él había descubierto el mismo virus. Gallo demostró rigurosamente que el VIH es la causa del sida, en un gran trabajo presentado en 1984. Pero tuvo que admitir después que el virus no había sido descubierto de forma independiente por su laboratorio. Barré-Sinoussi y Montaigner se lo habían mandado tras publicar sus datos, y las muestras "se contaminaron" en el laboratorio de Gallo.

Pero ese asunto también es muy viejo. Ronald Reagan y Jacques Chirac firmaron un acuerdo para compartir los derechos de explotación farmacológica en 1987. Y hasta Gallo y Montaigner colaboran científicamente desde 2002. Los dos han compartido los premios Lasker y Príncipe de Asturias. Los suecos han preferido dejar fuera a Gallo porque "no hay duda de quién hizo los descubrimientos fundamentales", según ha explicado Maria Masucci, de la Academia Nobel. ¿Entonces?

* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 9 de octubre de 2008