La ONU reclama de los Gobiernos de los países ricos 50.000 millones de dólares al año para luchar con garantías de éxito contra la pobreza. En vano. Mientras, en los Estados Unidos, se acaba de aprobar una partida de 700.000 millones de dólares (50.000 por 14) para sanear el sistema financiero.
Tal vez el error esté en esperar que sean los Gobiernos quienes hagan posible el sueño de acabar con el hambre. Quizá la única esperanza radique en la movilización de la ciudadanía de a pie. Los ciudadanos ricos del mundo, como usted y yo, somos 1.000 millones. Tocamos, pues, a 50 dólares al año, o lo que es lo mismo, a un dólar por semana. Simplemente. Desde luego, la ONU puede contar conmigo.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 12 de octubre de 2008