Muy señor mío: toda mi vida he sido y sigo siendo proamericano. Por eso deseo con fervor que el senador Obama sea elegido. Tal vez así conseguirá Estados Unidos borrar la huella del actual presidente y sus desastres. Pero si gana el senador McCain, no veo cómo aquel país tomará la senda del enderezamiento moral y político que necesita, incluso con el aliento admirable de una gran parte de su sociedad. Hubo un tiempo en que la amenaza de que Estados Unidos, si seguíamos mordiéndole la mano, nos abandonaría aislándose del resto del mundo producía terror en el ánimo de los europeos. Si gana McCain, puede que la idea deje de ser tan aterradora. ¿América para los americanos? Ojalá, ¿no.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 14 de octubre de 2008