Al ciudadano Mariano Rajoy puede resultarle un coñazo el desfile militar; miles de ciudadanos son también de esa opinión y nada hay que objetar, cuestión de gustos, ya se sabe. Al líder de la oposición no puede ocurrirle esto, porque entonces nadie se va a fiar del producto que quiere vendernos.
En esta esquizofrenia deben vivir los políticos: por una parte, la persona que se es, y por otra la que se debe ser cuando se representa a una institución. Ello hace que uno deba levantarse al paso de la bandera de EE UU si es presidente del Gobierno de España, y poco importa lo que opine el ciudadano José Luis Rodríguez Zapatero, y hace que uno deba poner cara de felicidad ante un desfile militar si representa a determinado partido político, y poco importa lo que opine el ciudadano Mariano Rajoy Brey. Por tanto, Mariano Rajoy debe pedir perdón a su partido por haber confundido los papeles, no así a los ciudadanos, que ya sabemos lo que es un político.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 16 de octubre de 2008