Aunque el empate respetó la energía del Espanyol y la sutileza del Villarreal, el marcador de Montjuïc (0-0) fue mezquino con los dos equipos. Al Villarreal le faltó únicamente puntear las múltiples jugadas que tejió con un fútbol delicioso, pero mal rematado en ataque por un desacertado Rossi. También el Espanyol tuvo el partido a tiro y, sin embargo, falló en la suerte más fácil, como es la del penalti. Tamudo raramente falla, pero ayer Diego López le sacó el remate con una intervención de mérito.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 19 de octubre de 2008