El olor de los trigales de Jerez, las antenas y azoteas de la ciudad de Cádiz, las esculturas romanas de su museo y la gente que pasea por su playa se combinan con el baile de Antonio El Pipa. La idea de lo transitorio marca el devenir de todos estos elementos -naturaleza, mar, luz, sensaciones, gestos...- y da forma a la videoinstalación Baile de una oscuridad, que forma parte en Sevilla de la exposición Condiciones de trabajo. Viajeros y ha sido creada por Chema Alvargonzález.
La muestra presenta, además, trabajos de Jacobo Castellano (una instalación) y Jesús Palomino (una videoinstalación). Estas obras artísticas pueden contemplarse en la Sala Imagen (calle Imagen, 2) y la Sala Chicarreros (plaza de San Francisco, 1). Condiciones de trabajo. Viajeros se orienta, en palabras de su comisario, Francisco del Río, "hacia las prácticas de desplazamiento material, lo que engendra el viaje como motivo de inspiración". "La exposición plantea lo que es la autoconciencia del creador en el proceso del viaje", puntualizó ayer Del Río.
La videoinstalación de Palomino toma como base varias entrevistas sobre condiciones laborales al borde del acantilado de Dún Aengus, en la isla de Inis Mór (Irlanda). La obra de Palomino se titula Acantilado.
La instalación de Castellano está formada por cuerda, hierro, madera, fotografía, dibujo, arcilla y alquitrán. Tiene como nombre Cuadrilátero / Nada que decir. La instalación desarrolla su reflexión a partir de una serie de esculturas y un espacio acotado por cuerdas a semejanza del cuadrilátero donde los boxeadores compiten por el triunfo.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 21 de octubre de 2008