Golazo de la ciencia a la Iglesia. Esta semana ha nacido un bebé llamado Javier. De su cordón umbilical pueden extraerse células madre con las que puede salvarse la vida de su hermano.
Doble felicidad para la familia: nacimiento de un hijo y la esperanza de vida del que ya tienen. ¿Qué gran noticia, no?
La Iglesia y algunos retrógrados cuya mentalidad se quedó en el siglo XX no les parece bien ya que consideran que si el hijo mayor está enfermo es porque Dios lo ha querido y si muere es porque Dios lo quiere así. Éstos son quienes están en contra de la ciencia, pero quienes van al médico cuando están enfermos en vez de rezar a ver si se les pasa el dolor.
¿Por qué no eliminar de un feto un gen que derivará seguro en un cáncer? Desde aquí doy mi enhorabuena a todos los que han hecho posible este ¿milagro?, ah perdón hay quien piensa que sólo Dios los puede hacer.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 21 de octubre de 2008