Son muy instructivos los análisis a posteriori acerca de la crisis financiera. Quizá lo más notable sea que los elementos de la burbuja eran conocidos, sus efectos fáciles (al parecer) de prever, y que los responsables del buen funcionamiento del sistema pasaron del tema, irresponsablemente, hasta que estalló.
Permítanme una analogía con el sistema educativo español. Desde la introducción de la LOGSE, los políticos de todo signo y la sociedad saben que el sistema se dirige dando botes hacia el desastre, pero los primeros se dedican a jugar al pimpón con aspectos irrelevantes -pero muy mediáticos- del problema, y la segunda se dedica a sus labores sin prestar atención a las innumerables señales de alarma -pregunten a los profesores-.
Mientras tanto, más generaciones a las que se ha privado de un sistema educativo basado en la responsabilidad y los contenidos llegan a la Universidad y después se incorporan al mercado de trabajo. Esta burbuja educativa acabará también estallando.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 21 de octubre de 2008