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Reportaje:Televisión

Tres minutos para enganchar a la audiencia

Las series de 'sketches' triunfan por su ritmo y su humor desengrasante

En tres minutos se puede hacer un paquete de palomitas en el microondas o ver uno de los sketch que componen series como Camera café y Escenas de matrimonio (Telecinco); Becarios (Telecinco.es); Impares (Neox); La tira o la recién estrenada Qué vida más triste (La Sexta). Un formato que, como explica Esperanza Martín, jefa de Programación de esta última cadena, se ha puesto de moda gracias a la combinación de buena audiencia y bajos costes de producción.

La Sexta estrena esta tarde (17.05) otro espacio de estas características, Estados alterados, protagonizado por María Adánez. La adaptación televisiva de la famosa tira cómica de la dibujante argentina Maitena (Mujeres alteradas) se emitirá de lunes a viernes y reflejará "la realidad de las relaciones entre los hombres y las mujeres, recreando sus conductas universales con ironía". Por lo demás, este proyecto de la productora Cuatrocabezas (Caiga quien caiga) se mantiene fiel a las reglas del género, que son, a su vez, las claves de su éxito: episodios cortos, humor desengrasante y un ritmo narrativo rápido.

"El secreto está en el efecto telaraña en el que te quedas atrapado: capítulos cortos y un humor sorprendente que te permiten evadirte y que te engancha", concreta Patricia Marco, directora de la división de televisión de Telecinco.

Las cifras respaldan su teoría: la pionera Camera Café, que se estrenó en septiembre de 2005, tiene una media de cuota de pantalla de 20,9%. Más de 3,5 millones de espectadores ven cada uno de sus capítulos. Y no sólo funciona en España. El programa de origen francés tiene su réplica en Italia, Polonia, Bélgica, Luxemburgo, Australia o las Islas Reunión. Escenas de matrimonio es otro buen ejemplo. Las tribulaciones parejiles de la factoría Moreno que, en infinidad de ocasiones giran alrededor del sexo, superan, a veces, los cuatro millones de seguidores.

Pero su estructura no es la única razón de su éxito. En una sociedad acelerada, los televidentes agradecen una alternativa a las series de trama complejísima, en las que no ver un capítulo o, incluso, un par de escenas, supone perder el hilo.

"El público tiene cada vez menos tiempo y también menos espacio mental para engancharse a una ficción y ser fiel a sus citas con ella", explica Antonio Martín Cabello, sociólogo especializado en cultura de masas. "Las series de sketches se pueden entender perfectamente sin haber visto la entrega anterior y, además, mientras tanto, se pueden hacer otras cosas", añade.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 27 de octubre de 2008