Las esperanzas de Barcelona de convertirse en la sede de la Secretaría de la Unión por el Mediterráneo (UPM) pueden tener que esperar. El ministro de Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, sugirió ayer que quizá no haya acuerdo en la reunión que celebran el 4 de noviembre en Marsella (Francia) los responsables diplomáticos de los Veintisiete y de los países de la orilla sur del Mediterráneo. "Se está trabajando, pero no sabemos si las condiciones generales de esa reunión son definitivas", dijo crípticamente. Barcelona compite con Túnez y Malta.
Fuentes próximas a la negociación señalaron que el proceso está bloqueado por el desacuerdo sobre el estatuto de la Liga Árabe. Israel quiere que ésta siga teniendo el mismo papel que en el Proceso de Barcelona; es decir, una especie de observador. En cambio, los países árabes quieren que sea un socio de pleno derecho.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 28 de octubre de 2008