"Promover el matrimonio y los partos tardíos, menos y mejores nacimientos". El mural cerámico con esta frase fotografiado por He Chong Yue, con una mujer, un bebé y dos cigüeñas en el cielo, forma parte de una campaña propagandística de la Revolución Cultural China que refleja a la perfección la política de "un solo hijo". Se trata de Mil millones contra uno: ser padres según la mentalidad feudal, la exposición de la sala Parpalló de Valencia en la que el fotógrafo recoge eslóganes, en invierno, que defienden "que el control de la natalidad es un gran logro". Un halo de tranquilidad rodea los murales pese a que tengan que recordar cosas como: "Tener una hija es igual de bueno que tener un hijo".
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 29 de octubre de 2008